Celebramos el Día Mundial de los Humedales implantando nuestra metodología de control de fondos en el Ibón de Baños de Panticosa

GEmosclera celebrndo el Día Mundial de los Humedales 2020. Logotipos de gEmosclera y del dïa Mundial de los Humedales RAMSAR.
Desarrollando un transecto subacuático durante el control de los fondos del ibón.

Una asociación como la nuestra tiene una cita obligada cada 2 de febrero, Día Mundial de los Humedales. como no podía ser de otra manera, Gemosclera planificó y ejecutó una jornada de importancia especial, la implantación de su metodología de control del estado de los fondos de los humedales en el Ibón de Baños de Panticosa (Huesca), un lago conocido por las presiones a las que está sometido.

DíaMundial de los Humedales RAMSAR 2020. Los humedales están llenos de vida. La biodiversidad de los humedales es importnte.

Habíamos llegado el día anterior, aprovechando para realizar una actividad de interpretación. El domingo por la mañana, a primera hora nos encontramos con mucho más frío que el sábado. De hecho, el material que habíamos dejado en la furgoneta estaba totalmente congelado, inclusive los chalecos, botas, guantes y capuchas, que habían estado guardadas dentro de las bolsas de buceo.

En esta ocasión no se trataba de disfrutar desde la interpretación del patrimonio. El objetivo era documentar dos estaciones, con georreferenciación y desarrollo de los transectos subacuáticos. Desgraciadamente, este ibón está tan afectado que no tiene ningún sentido desarrollar los transectos terrestres.

Estado general del hielo en la primera estación seleccionada.
El domingo por la mañana el hielo estaba mucho más duro que la mañana del día anterior.

Por comodidad, comenzamos los trabajos seleccionando la localización de la segunda estación y georreferenciando su posición. Para ello desplegamos la antena GNSS y la colocamos sobre el punto base.

Montando la antena GNSS.

Acto seguido configuramos la red WIFI, lo que nos permitió ajustar las medidas de la antena vía RTK con la estación de referencia del IGN, que está en Sabiñánigo.

Comprobando la conexión con el IGN.
Comprobando que la antena estaba conectada con el IGN.

Una vez documentada la segunda estación, nos desplazamos al margen derecho e hicimos lo mismo con la segunda estación, situada antes del arroyo de Argualás, en el margen derecho del ibón.

Con las estaciones georreferenciadas, nos cambiamos, preparamos el resto de material y nos sumergimos para recorrer y evaluar los transectos subacuáticos.

Comprobando el equipo antes de sumergirnos.
Haciendo las últimas comprobaciones antes de entrar al agua.

Nada más entrar y a pesar de hacerlo en una zona que está influenciada por el río Caldarés, pudimos ver las masas de vegetación macrófita cubiertas por las algas filamentosas.

Paisaje en los primeros metros nada más sumergirnos.
Antes de bajar por el transecto pudimos comprobar el nivel de afectación extrema que tiene este talud.

El talud, nada más empezar a bajar, ya no presentaba casi vegetación macrófita. Siendo las algas filamentosas sus principales pobladores.

Talud completamente cubierto por las filamentosas
Nada más penetrar en el hielo, observamos que las pocas carofíceas que hay, están llenas de filamentosas, mala señal.
Vista del talud desde abajo en la que ya casi no hay vegetación macrofita.
El talud en sus primeros metros, cuando casi han desaparecido las carofíceas.
Detalle del aspecto algodonoso que presentan las algas filamentosas.
Detalle del aspecto de la algas filamentosas, bioindicadoras claras del mal estado ecológico de este ibón.

Durante la inmersión pudimos comprobar que, desde nuestra última visita han aparecido unas algas filamentosas con acumulaciones de gas, lo que les da un aspecto siniestro.

Aspecto grisáceo y globular que presentan las algas filamentosas que acumulan gases.
Detalle de una masa de algas filamentosas con gas en su interior, que le da un aspecto voluminoso.
Buceador con un carrete en la mano.
Recogiendo el cordino tras cerrar el transecto.

Tras terminar el primer transecto, el de la segunda estación, nos desplazamos a la primera (la del Argualás) con el objetivo de desarrollar su transecto subacuático. En este caso no encontramos que el margen no está asfaltado, pero también está totalmente degradado. Hace muchos años que fue convertido en una playa fluvial con la construcción de un pequeño muro que quedó bajo la lámina de agua al represar el ibón. Aguas abajo del muro sí que se pueden observar la macrófitas, pero otra vez cubiertas por algas filamentosas.

Transecto subacuático de la primera estación con macrófitas cubiertas de filamentosas.
Las macrofitas de la segunda estación también están cubiertas de filamentosas.
Buceador con una carrete en la mano y con cabo extendido a lo largo de la vegetación.
Posicionando el transecto subacuático de la segunda estación.

En esta zona, las mácrófitas alcanzan los 10 metros, pero también lo hacen las filamentosas. Es más, respecto a nuestra última visita a esta zona (2016), hay muchas más.

Paisaje que se observa en el punto de control final del transecto subacuático en la segunda estación de control de Panticosa.
En el punto de control final del transecto subacuático de la segunda estación también hay filamentosas

Una vez que habíamos llegado al punto de control final, nos volvimos hacia el punto de acceso al agua, junto a la primera estación, recorriendo la vegetación del fondo. Si bien, se mantiene la cota a la que se observa hasta llegar a la entrada de aguas del Caldarés, pudimos comprobar que sigue estando muy afectada; hecho que hace años no ocurría. Ni los efectos de la corriente de aguas lipias del río Caldarés parecen difuminar los efectos de la presencia de contaminantes en el agua.

A pesar de alcanzar una profundidad elevada, 10 metros, siguen apareciendo muchísimas filamentosas.
Paisaje subacuático cerca las dos barras formadas por el material de aluvión que hay en la entrada de aguas.

Al terminar con la toma de datos subacuáticos, salimos del agua, nos cambiamos y nos fuimos a fotografiar en superficie de nuevo las estaciones, aprovechando que había un sol radiante.

Pilar en el punto base de la estación nº 1.
Vista del margen derecho con el punto base en primer plano y la recula del arroyo de Argualás al fondo.
Vista general del margen derecho del ibón en el que se aprecia que es totalmente artificial.
Vista del margen derecho entre el punto base de la segunda estación y la entrada de aguas del río Caldarés.

Tras recoger todo el material salimos para Madrid con los datos obtenidos y la tarea de documentar los resultados. El año que viene volveremos por estas fechas para seguir su evolución. Esto nos permitirá evaluar no solo la evolución de este ibón, sino que nos ayudará a mejorar esta metodología.


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