Desde 2023 colaboramos con la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) para conservar las escasas poblaciones de nenúfar blanco (Nymphaea alba) que hay en Galicia.
Es importante su conservación, aún más en este caso, porque la especie no está protegida en esta comunidad y quedan muy pocas poblaciones. Además, la antigua laguna de Antela decrece de forma continuada.
Los trabajos comenzaron con el desplazamiento de nuestros voluntarios desde Córdoba, Madrid y Oporto hasta Vilar de Barrio, donde la SGHN había puesto a nuestra disposición una casa.
Extracción de propágulos en el canal
Los trabajos comenzaron el sábado a las 9:00, tomando café y ultimando los preparativos, antes de desplazarnos al canal.
La masas se encuentran ya con un estado bastante avanzado. Si bien, las hojas no habían emergido, estaban a punto de hacerlo.
Sin perder tiempo, preparamos el material de buceo, el de extracción, el de georreferenciación y el de seguridad, y nos fuimos al agua.
Antes de empezar, georreferenciamos el primer punto de extracción. Acción que repetiríamos con cada uno de ellos. Es importante hacerlo para conocer con exactitud las masas de origen (estado, genética, etc.) y así poder tomar decisiones posteriormente.
El agua estaba fría y su aspecto no era bueno. Ni el color ni el olor presagiaban un agua de calidad; es más, hasta podría ser peligrosa para la salud.
Nada más entrar, se observó que el agua está muy cargada de nutrientes.
La extracción se desarrolló sin problemas. Extrajimos dos propágulos de cada punto con el fin de poder sacar conclusiones en un futuro.
Pudiendo trabajar sin contratiempos, poco a poco se fueron localizando los puntos de extracción planteados y se fueron sacando los propágulos a capazos marcados. Era importante no descuadrarlos.
La toma cruzada de fotografías es muy importante, ya que permite aclarar dudas pasado el tiempo. Unos fotografiamos desde fuera del agua y Pilar lo hizo desde dentro del canal, mientras ayudaba a Víctor.
La georreferenciación de los trabajos también fue importante. Por un lado hay que conocer de qué masa se han extraído los propágulos y, por otro, conocer los trayectos permite evaluar impactos y rendimientos de trabajo. Para ello se usan antenas GNSS de precisión para geolocalizar los puntos de extracción y deportivas en el agua.
En un caso se extraen varios puntos con precisión centimétrica, mientras que en el segundo se obtienen transectos.
Aparentemente, las masas presentaban un vigor excelente, rizomas gruesos con sistemas radicales potentes que son capaces de generar hojas con largos peciolos a profundidades que superan los dos metros.
Sin embargo, también pudimos encontrar muchos rizomas muertos cuyo aspecto no era malo. ¿La causa? No la conocemos, pero el nenúfar necesita un sustrato fino, corriente nula o muy lenta, poco viento, mucho sol y que no se echen al agua productos químicos que le afecten. Especialmente herbicidas como el glifosato. El nenúfar es una yerba y los herbicidas la machacan. Cada lector que evalúe lo que le puede pasar, pero lo que es seguro es que la masa tan densa de árboles que crecen en el canal les está afectando.
Tras su extracción, los estuvimos etiquetando en el propio canal y nos los llevamos a las areneras, para prepararlos.
Preparación para su plantación
La preparación se pudo realizar gracias a las instalaciones que habían conseguido la SGHN. Sin esa preciosa sombra, hubiéramos pasado mucho calor y los nenúfares hubieran sufrido todavía más.
Lo primero que hicimos fue seleccionarlos en función de su masa de origen y de su estado vegetativo. Intentando dejar los más vigorosos para ser plantados directamente, mientras que los otros serían plantados de forma indirecta, en capazos. Todo ello intentando mantener la mayor diversidad genética separando los del mismo origen.
Una vez triados, nos pusimos a podarlos con el fin de que agarrasen mejor y no sufrieran por la rotura de sus hojas. Fuera del agua son especialmente frágiles y delicadas. Se secan en pocas horas si no están en contacto con el agua.
Era importante que el sustrato usado para plantarlos fuera local. Es lo que se van a encontrar en las lagunas de destino. Para conseguirlo usamos los desechos de la extracción de arena. A ellos les sobra y a nosotros nos venía muy bien.
El único problema fue el calor. La arcilla estaba muy seca y nos costó bastante extraerla. Y más con el calor que hacía al mediodía.
Una vez que teníamos el sustrato seco, hacía falta convertirlo en una masa mojada que facilitase la plantación de los propágulos.
La plantación se realiza con cuidado, tapando las raíces con barro muy licuado y poniendo arcilla o limo más seco en la base del rizoma.
Hay que dejar el ápice en el centro del capazo y el resto del rizoma tapado.
Las lagunas de la comarca presentan carpas y cangrejos americanos, enemigos mortales de los nenúfares. Era muy importante evitar que los afecten mientras regeneran su sistema radical. Para ello necesitan generar hojas que les permitan realizar la fotosíntesis.
Por ello se cubren con gravilla el sustrato. Así las carpas tienen problemas para remover el sedimento y descalzar los nenúfares.
No se puede olvidar la gestión de los datos. Se etiquetaron los capazos con elementos inoxidables que sean altamente duraderos.
Plantando en las lagunas
Con todos los propágulos preparados quedaba solo plantarlos. Íbamos bien de hora, pero no podíamos retrasarnos y nos tocó irnos para las lagunas en la peor hora posible, el mediodía de un día espléndido. Y para complicar más las condiciones de trabajo, nos encontramos con que los dueños de las fincas limítrofes estaban preparando el suelo para plantar patatas.
Desplazamos los propágulos lo más rápido posible para que no sufrieran con el sol y con el calor. Sin dilación, nos pusimos a plantarlos. Comenzamos con los que iban a ser plantados directamente.
En este caso, el problema fue que los lugares con un sustrato adecuado ya estaban colonizados por milhojas (Myriophyllum sp.). Esta planta no sería problema para el nenúfar si estuvieran asentado. El problema es que las lagunas varían más de un metro de cota y había que plantar el nenúfar teniendo en cuenta esta variación y que competirá durante la primera campaña con los milhojas por el sustrato.
Una vez plantados la mayor parte de los propágulos en la primera laguna, nos desplazamos a la segunda para dejar un único propágulo con el fin de evaluar la posibilidad de que esta laguna acoja más ejemplares en un futuro.
El problema era que se nos iban el sol y había que tener cuidado, por seguridad.
Después de finalizar los trabajos a las 9 PM, ¡12 horas después de empezar!, nos fuimos a ducharnos y a cenar con nuestros amigos de la SGHN.
Buscando nuevas localizaciones
El domingo por la mañana, antes de volver a nuestros lugares de origen, Córdoba y Madrid, estuvimos buscando nuevas localizaciones en otros humedales del complejo arenero.
Este tipo de lagunas no suele presentar muchos hábitats adecuados para el nenúfar. Sin embargo, sí que observamos algunas zonas que podrían albergar futuras poblaciones.
Este verano volveremos con más medios para comprobar si los lugares que nos gustaron presentan un buen hábitat (profundidad, protección al viento, sustrato adecuado, etc.) para realizar una repoblación el año que viene.
No queremos cerrar esta crónica sin reconocer los medios que nos han aportado la SGHN y el trato que nos han dado sus miembros. Es un gusto tratar con gente así. Seguro que haremos muchas cosas con ellos.
Gemosclera. Asociación para el Conocimiento de los Humedales y su Conservación
Declarada de utilidad pública por el Ministerio del Interior en 2014