Comenzamos la campaña de repoblación de nenúfar en Antela (A Limia, Orense)

Desde 2023 colaboramos con la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) para conservar las escasas poblaciones de nenúfar blanco (Nymphaea alba) que hay en Galicia.

Pilar y Víctor transportando un propágulo por el agua.

Es importante su conservación, aún más en este caso, porque la especie no está protegida en esta comunidad y quedan muy pocas poblaciones. Además, la antigua laguna de Antela decrece de forma continuada.

Los trabajos comenzaron con el desplazamiento de nuestros voluntarios desde Córdoba, Madrid y Oporto hasta Vilar de Barrio, donde la SGHN había puesto a nuestra disposición una casa.

Extracción de propágulos en el canal

Los trabajos comenzaron el sábado a las 9:00, tomando café y ultimando los preparativos, antes de desplazarnos al canal.

La masas se encuentran ya con un estado bastante avanzado. Si bien, las hojas no habían emergido, estaban a punto de hacerlo.

Panorámica del canal de Antela con las hojas de nenúfar de gran porte a punto de aflorar en superficie.
Las hojas de nenúfar estaban a punto de emerger

Sin perder tiempo, preparamos el material de buceo, el de extracción, el de georreferenciación y el de seguridad, y nos fuimos al agua.

Víctor comprobando el regulador antes de entrar al agua.
La preparación del equipo siempre es importante, por seguridad
Javi y Dani iniciando el GNSS de precisión
Sin georreferenciación precisa no habrá forma de conocer de dónde se extrajeron los propágulos
Isabel, Soco y Marcos documentando el acceso al agua
Más georreferenciación para conocer los itinerarios de trabajo y la línea de vida, por seguridad

Antes de empezar, georreferenciamos el primer punto de extracción. Acción que repetiríamos con cada uno de ellos. Es importante hacerlo para conocer con exactitud las masas de origen (estado, genética, etc.) y así poder tomar decisiones posteriormente.

Dani georreferenciando mientras Javi apunta y Soco, Isabel y Serafín fotografían el proceso.
Georreferenciando de forma precisa el primer punto de extracción

El agua estaba fría y su aspecto no era bueno. Ni el color ni el olor presagiaban un agua de calidad; es más, hasta podría ser peligrosa para la salud.

Víctor con cara seria antes de bucear.
Caras serias, el agua no tenía buena pinta.
Panorámica del equipo de trabajo con los buceadores en el agua.
Todo preparado para empezar a extraer los propágulos

Nada más entrar, se observó que el agua está muy cargada de nutrientes.

Unas hojas de nenúfar subiendo por el agua marrón.
Estado de las hojas ascendiendo hacia la superficie
Un verticilo de peciolos saliendo del sedimento.
Estado de los nenúfares en el fondo del canal

La extracción se desarrolló sin problemas. Extrajimos dos propágulos de cada punto con el fin de poder sacar conclusiones en un futuro.

Pilar y Víctor observando las raíces de una propágulo de nenúfar
Observando el vigor del sistema radical del primer propágulo extraído

Pudiendo trabajar sin contratiempos, poco a poco se fueron localizando los puntos de extracción planteados y se fueron sacando los propágulos a capazos marcados. Era importante no descuadrarlos.

Pilar transportando por superficie un propágulo y el GPS
Llevando el propágulo mientras se georreferencia el trabajo
Marcos recogiendo un propágulo que trae Pilar.
Marcos fue la persona que se encargó de extraer del agua los propágulos

La toma cruzada de fotografías es muy importante, ya que permite aclarar dudas pasado el tiempo. Unos fotografiamos desde fuera del agua y Pilar lo hizo desde dentro del canal, mientras ayudaba a Víctor.

Pilar fotografiando desde el agua el lugar en el que está sumergido Víctor, trabajando.
Fotografiando el punto de extracción del agua, para poder cotejar datos posteriormente

La georreferenciación de los trabajos también fue importante. Por un lado hay que conocer de qué masa se han extraído los propágulos y, por otro, conocer los trayectos permite evaluar impactos y rendimientos de trabajo. Para ello se usan antenas GNSS de precisión para geolocalizar los puntos de extracción y deportivas en el agua.

Javi sujetando la antena GNSS y apuntando datos.
Localizando de forma precisa uno de los puntos de extracción

En un caso se extraen varios puntos con precisión centimétrica, mientras que en el segundo se obtienen transectos.

Pilar entre hojas de nenúfar.
Era importante minimizar el impacto lo más posible
Pilar transportando dos propágulos.
Los peciolos presentaban gran longitud, lo que indica la estabilidad de las masas

Aparentemente, las masas presentaban un vigor excelente, rizomas gruesos con sistemas radicales potentes que son capaces de generar hojas con largos peciolos a profundidades que superan los dos metros.

Pilar y Víctor con un propágulo de buen porte.
Último propágulo, tocaba documentarlos…

Sin embargo, también pudimos encontrar muchos rizomas muertos cuyo aspecto no era malo. ¿La causa? No la conocemos, pero el nenúfar necesita un sustrato fino, corriente nula o muy lenta, poco viento, mucho sol y que no se echen al agua productos químicos que le afecten. Especialmente herbicidas como el glifosato. El nenúfar es una yerba y los herbicidas la machacan. Cada lector que evalúe lo que le puede pasar, pero lo que es seguro es que la masa tan densa de árboles que crecen en el canal les está afectando.

Tres fragmentos de rizoma de buen grosor muertos.
¡Mal asunto! Los rizomas presentan buen vigor, pero las masas se reducen.
Detalle de la sección de un rizoma.
Detalle de la sección del rizoma de un propágulo de grosor medio.

Tras su extracción, los estuvimos etiquetando en el propio canal y nos los llevamos a las areneras, para prepararlos.

Preparación para su plantación

La preparación se pudo realizar gracias a las instalaciones que habían conseguido la SGHN. Sin esa preciosa sombra, hubiéramos pasado mucho calor y los nenúfares hubieran sufrido todavía más.

Isabel y Soco preparando la mesa de trabajo.
Menos mal que el dueño de las lagunas nos cedió sus instalaciones, ¡vaya día de sol!

Lo primero que hicimos fue seleccionarlos en función de su masa de origen y de su estado vegetativo. Intentando dejar los más vigorosos para ser plantados directamente, mientras que los otros serían plantados de forma indirecta, en capazos. Todo ello intentando mantener la mayor diversidad genética separando los del mismo origen.

Dani e Isabel seleccionando los rizomas.
Seleccionando los rizomas por su estado y punto de origen
Los rizomas separados por grupos.
Todos organizados y listos para ser plantados

Una vez triados, nos pusimos a podarlos con el fin de que agarrasen mejor y no sufrieran por la rotura de sus hojas. Fuera del agua son especialmente frágiles y delicadas. Se secan en pocas horas si no están en contacto con el agua.

Detalle del corte de los peciolos.
Eliminando las hojas para favorecer que agarren en el medio de plantación

Era importante que el sustrato usado para plantarlos fuera local. Es lo que se van a encontrar en las lagunas de destino. Para conseguirlo usamos los desechos de la extracción de arena. A ellos les sobra y a nosotros nos venía muy bien.

El único problema fue el calor. La arcilla estaba muy seca y nos costó bastante extraerla. Y más con el calor que hacía al mediodía.

Dani, Víctor, Marcos e Isabel extrayendo la arcilla bajo un sol muy fuerte.
Menudo calor pasamos sacando el sustrato de plantación

Una vez que teníamos el sustrato seco, hacía falta convertirlo en una masa mojada que facilitase la plantación de los propágulos.

Marcos, Víctor, Javi, Isabel, Soco, Serafín y Javi preparando el sustrato.
La preparación del sustrato nos llevó a tiempos pretéritos, cuando éramos niños

La plantación se realiza con cuidado, tapando las raíces con barro muy licuado y poniendo arcilla o limo más seco en la base del rizoma.

Detalle de un rizoma en el capazo a punto de ser cubierto por la arcilla.
El extremo apical del rizoma debe quedar en el centro

Hay que dejar el ápice en el centro del capazo y el resto del rizoma tapado.

Rizoma cubierto por la arcilla.
Tapado hasta el ápice

Las lagunas de la comarca presentan carpas y cangrejos americanos, enemigos mortales de los nenúfares. Era muy importante evitar que los afecten mientras regeneran su sistema radical. Para ello necesitan generar hojas que les permitan realizar la fotosíntesis.

Echando con las manos la arcilla alrededor del rizoma con cuidado para no dañarlo.
En una de las lagunas hay carpas. Se imponía plantarlos en capazos y tapar el sustrato con gravilla

Por ello se cubren con gravilla el sustrato. Así las carpas tienen problemas para remover el sedimento y descalzar los nenúfares.

Rizoma preparado para ser plantado.
A ver si hay suerte y las carpas no se los comen

No se puede olvidar la gestión de los datos. Se etiquetaron los capazos con elementos inoxidables que sean altamente duraderos.

Alicates, cable de acero, etiquetas de aluminio, letras de impresión y virolas para fijar el cable.
Las etiquetas que acompañan a cada nenúfar y a cada capazo deben ser inoxidables y fácilmente legibles
Poniendo una virola al cable para fijar la etiqueta al capazo.
Detalle de una etiqueta que tiene la inscripción "C-5".

Plantando en las lagunas

Con todos los propágulos preparados quedaba solo plantarlos. Íbamos bien de hora, pero no podíamos retrasarnos y nos tocó irnos para las lagunas en la peor hora posible, el mediodía de un día espléndido. Y para complicar más las condiciones de trabajo, nos encontramos con que los dueños de las fincas limítrofes estaban preparando el suelo para plantar patatas.

Marcos y Javi transportan un capazo al sol y en medio de una polvareda.
Solazo, calor y polvo a la hora de la siesta. Un porteo de los que gustan a cualquiera…

Desplazamos los propágulos lo más rápido posible para que no sufrieran con el sol y con el calor. Sin dilación, nos pusimos a plantarlos. Comenzamos con los que iban a ser plantados directamente.

Víctor y Pilar transportan por el agua los capazos con dificultad.
Trasladar los propágulos no fue tampoco fácil, entre las helófitas y las acuáticas
Pilar intentando avanzar entre los carrizos.
¿Por dónde voy? Si me voy a enganchar igual…
Pilar y Víctor desplazándose por la laguna.
La laguna estaba espectacular, llena de vida

En este caso, el problema fue que los lugares con un sustrato adecuado ya estaban colonizados por milhojas (Myriophyllum sp.). Esta planta no sería problema para el nenúfar si estuvieran asentado. El problema es que las lagunas varían más de un metro de cota y había que plantar el nenúfar teniendo en cuenta esta variación y que competirá durante la primera campaña con los milhojas por el sustrato.

Víctor enseñando una masa de milhojas.
Las masas de milhojas eran bastante densas
Víctor al salir del agua, totalmente cubierto de vegetación.
¿Quién dijo que no se debe salir del agua con propágulos para llevárselos a otro humedal?

Una vez plantados la mayor parte de los propágulos en la primera laguna, nos desplazamos a la segunda para dejar un único propágulo con el fin de evaluar la posibilidad de que esta laguna acoja más ejemplares en un futuro.

Piara y Víctor preparando un capazo, con el lugar de plantación marcado al fondo, a la caída de la tarde.
Nos quedaba plantar un propágulo más y el sol se nos iba. Había que terminar por seguridad

El problema era que se nos iban el sol y había que tener cuidado, por seguridad.

Pilar y Víctor desplazando por el agua el capazo.
Punto de plantación marcado, solo falta llevar el capazo y colocarlo
Pilar ayuda a Víctor a salir, tras colocar el capazo.
¡Trabajo hecho! Hemos terminado por hoy

Después de finalizar los trabajos a las 9 PM, ¡12 horas después de empezar!, nos fuimos a ducharnos y a cenar con nuestros amigos de la SGHN.

Buscando nuevas localizaciones

El domingo por la mañana, antes de volver a nuestros lugares de origen, Córdoba y Madrid, estuvimos buscando nuevas localizaciones en otros humedales del complejo arenero.

Panorámica de una laguna con carrizos y salicáceas en susmárgenes.
Una de las lagunas susceptibles de que plantemos más nenúfar

Este tipo de lagunas no suele presentar muchos hábitats adecuados para el nenúfar. Sin embargo, sí que observamos algunas zonas que podrían albergar futuras poblaciones.

El equipo de trabajo observando una laguna.
El equipo buscando una localización en otra laguna

Este verano volveremos con más medios para comprobar si los lugares que nos gustaron presentan un buen hábitat (profundidad, protección al viento, sustrato adecuado, etc.) para realizar una repoblación el año que viene.

Foto de familia: Dani, Víctor, Isabel, Marcos, Pilar, Soco, Serafín y Javi.
No somos jóvenes, pero a ganas y compromiso no nos gana nadie

No queremos cerrar esta crónica sin reconocer los medios que nos han aportado la SGHN y el trato que nos han dado sus miembros. Es un gusto tratar con gente así. Seguro que haremos muchas cosas con ellos.

Gemosclera. Asociación para el Conocimiento de los Humedales y su Conservación
Declarada de utilidad pública por el Ministerio del Interior en 2014