Jornada de control de los fondos de Ruidera

Este sábado, 12 de septiembre, hemos vuelto al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera para seguir evaluando el estado de los fondos de este espacio protegido.

Víctor y Pilar antes de sumergirse en la Laguna Tinaja.

En esta ocasión se trataba de documentar la evolución seguida por las estaciones en las que ya trabajamos en junio, antes de la campaña vacacional. Como era de esperar, los fondos se han visto afectados negativamente con la afluencia masiva que sufre este espacio durante el verano. Pudiendo documentar evidencias que reflejan el incremento de nutrientes sufrido por estas lagunas estos meses.

Comenzamos evaluando la parte subacuática de la segunda estación que tenemos para la laguna Tinaja. Fijando el cabo en el punto base y desplegándolo en línea de máxima pendiente. Al tratarse de una evaluación rápida, no se tomaron datos más que los puntos base y de control.

Víctor, profundizando y desplegando el cabo.
Desplegando el cabo en el transecto de la primera estación en línea de máxima pendiente.

La vegetación presente a lo largo del transecto subacuático de la estación presenta un buen vigor y una densidad máxima, manteniendo vegetación helófita hasta los 4 metros de profundidad (Schoenoplectus littoralis). Entre los 7 y los 9 metros mantiene una banda sin vegetación superior, aunque estaba poblada densamente por algas diatomeas.

Víctor profundizando en línea de máxima pendiente.

Pasados los 9 metros volvían las masas de carofíceas hasta alcanzar los 13 metros de profundidad. Presentaban un buen aspecto, eran densas y no presentaban mucho biofilm adherido.

Punto de control con la mira, la parcela de muestreo y el profundímetro.
Detalle del punto de control a 13 metros de profundidad

En este punto se instaló la parcela y se realizó la evaluación del punto de control. Como curiosidad, indicar que, a pesar de no incrementarse la profundidad, no hay vegetación superior en su fondo. Evidencia de que la falta de luz no debería ser un motivo de la carencia de masas de carofíceas en el fondo de la misma.

Víctor y rellenando el formulario y Pilar documentando gráficamente.

Tras tomar los datos y evidencias, cruzamos la laguna transversalmente. Durante el trayecto observamos unos acúmulos de biofilm bacteriano que nunca habíamos observado en este espacio. Llevamos buceando desde 2003 en esta laguna y no habíamos observado nunca este tipo de abultamientos.

Detalle del biofilm con el profundímetro y una mira a 13,4 metros de profundidad.
Acumulaciones bacterianas de aspecto tomentoso y color pardo oscuro con acumulaciones de gas que les hacían tener aspecto de bosta.

Una vez en el otro lado de la laguna, nos desplazamos al primer vaso para evaluar el estado de la segunda estación. En esa zona nos encontramos que todas las masas que superan los 3 metros de profundidad estaban cubiertas de filamentosas y que las más profundas, a 6 metros, ya no tenían más que acumulaciones de bacterias con golpes de algas filamentosas.

El talud en el margen izquierdo del primer vaso estaba afectado por las algas filamentosas.

Sin embargo, en la jornada de control que realizamos en junio, la zona estaba afectada en el fondo pero mantenía las masas del talud limpias de filamentosas. Obsérvese la siguiente fotografía, tomada en la misma zona del margen izquierdo el día 27 de junio de este mismo año.

Vista del transecto sin filamentosas durante la jornada 20200627.

Al llegar al punto de control instalamos la parcela y comenzamos a documentar su estado. Aunque las masas de filamentosas nos molestaron bastante ya que se levantaban con suma facilidad.

Víctor y Pilar llegando al segundo punto de control.
Llegando al punto más profundo del primer vaso.
Vista inferior del punto de control con la mira y la parcela instaladas.
Vista general del punto de control instalado en el punto más profundo del primer vaso.

Aunque todavía se podían observar algunas carofíceas, estaban ya totalmente cubiertas por una densa masa de algas filamentosas. Se observa un golpe de charas tapado por las filamentosas en la fotografía que muestra la fotografía anterior.

Detalle del punto de control a 6,6 metros de profundidad, rodeado de algas filamentosas.
Detalle de control. situado a 6,6 metros de profundidad.

Mientras que en los huecos sin vegetación superior, se podían observar acúmulos bacterianos asociados a los procesos anóxicos.

Víctor rellenando el formulario entre algas filamentosas que se habían levantado.
Rellenando el formulario del punto de control rodeados de las algas filamentosas que se levantaron.

Tras evaluar la segunda estación, volvimos al punto de partida, nos cambiamos y nos fuimos a comer. Pudiendo disfrutar del collado que hay entre el primer y segundo vaso de la laguna. En esta zona, se pueden observar masas de carofíceas que todavía no están afectadas y cuyo vigor es excelente.

Pasando por el collado entre el primer y segundo vaso.
Víctor volviendo al punto de partida.

Después de comer, volvimos a nuestras casas planificando la próxima laguna en la que incorporaremos transectos subacuáticos a la red de control de este espacio.

Atentamente,
Gemosclera