Han pasado cuatro años y medio desde que un 19 de octubre de 2019 recolectamos frutos de la laguna pequeña de El Tobar (Beteta). El objetivo era saber si los frutos que se producían en esa masa eran viables.
Tras haber sido germinados y cuidados todo este tiempo en el Centro de Investigación Agroforestal de Albaladejito (Cuenca), por fin íbamos a plantarlos en la laguna de Uña.
El objetivo de la plantación era comprobar la viabilidad de estos plantones en el medio natural, comparándolos con las masas que ya tenemos establecidas en dicha laguna.
Lo primero que tuvimos que hacer fue comprobar que el sustrato era adecuado y que la competencia con las demás planta acuáticas (Hippuris vulgaris, Myriophyllum spicatum, etc.) y helófitas (bayuncos y carrizos) no fuera excesiva.
Después Enrique e Iván, los técnicos de Medio Ambiente de los Servicios Territoriales de Medio Ambiente en Cuenca, prepararon y seleccionaron los plantones que íbamos a usar en cada lugar de plantación.
Estuvimos muy bien asistidos por Miguel, agente medioambiental de la zona, que además nos contó cosas muy interesantes que desconocíamos. Para nosotros es un orgullo y una suerte que gente así siga nuestras actividades y que podamos compartir experiencias con ellos.
Una vez seleccionados, se fueron transportando poco a poco hasta el punto de plantación, con el fin de generar el menor impacto posible y que no sufrieran las yemas. La introducción de plantas tan pequeñas en un entorno en el que otras especies potentes ya están estabilizadas, les va a obligar a hacer un gran esfuerzo. Si se dañan, el esfuerzo será mayor.
La plantación se realizó a mano, intentando que la profundidad no fuera excesiva, con el fin de facilitar el agarre de los plantones.
En el siguiente vídeo se puede ver tanto el tipo de sustrato como el procedimiento de plantación. En este caso no hizo falta usar herramientas, solamente el tacto de la persona que los inserta hasta el punto preciso.
Una vez que habíamos plantado en todos los claros que hay en la barrera represada de la laguna, nos fuimos para otro de los puntos en los que ya tenemos masas establecidas de nenúfar.
Lo primero que observamos es el buen vigor que presenta la otra masa que existe en la laguna. Su estado nos animó a plantar otra parte importante de los nenúfares que los SS.TT. habían traído desde Cuenca.
Tras plantar casi 100 plantas entre ambos lugares, nos cambiamos de humedal con el fin de intentar generar una nueva masa en un tercera estación. El lugar previamente seleccionado era el embalse de la Toba.
Sin embargo, tras varios intentos fallidos, tuvimos que desistir. No encontramos ningún punto con características adecuadas para mantener una masa estable. Por lo que los ejemplares que habíamos reservado para este embalse se volverían para el vivero de Cuenca.
Terminamos los trabajos justo antes de la hora de comer. Esto nos permitió hacerlo tranquilamente en uno de los restaurantes que hay junto a la laguna.
Mientras comíamos planificamos la actividad de plantación que llevaremos a cabo el próximo sábado, día 18 de mayo, en el río Cuervo.
Después de comer nos volvimos para Madrid, dando por terminada la jornada.
Atentamente,
Gemosclera. Asociación para la Difusión del Conocimiento de los Humedales y su Conservación
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