Tras la jornada de plantación desarrollada en la laguna de Uña, tocaba ir a plantar a la población del embalse de Molino de Chincha, en Puente Vadillos.
El sábado 18 nos acercamos otra vez a colaborar con los Servicios Territoriales de Medio Ambiente en Cuenca y ampliar la masa ya establecida en dicho embalse.
En esta ocasión se trataba de plantar otros 78 ejemplares de nenúfar, procedentes de la recolección de semillas del otoño de 2019, alrededor de la masa que establecimos ese año.
La masa se encuentra en estos momentos emergiendo hojas, que todavía no han generado clorofila, como se puede ver en las fotos. Sin embargo, sí que presentan un buen vigor, mejor que en años anteriores; un buen indicador de que la masa está estabilizada.
Aunque en el fondo no se observaron hozadas de carpa, las hojas han sido comidas mientras estaban tiernas por algún herbívoro grande. Se aprecia claramente en los bordes de los limbos mordisqueados.
El objetivo de la plantación era ampliar la superficie y conocer cómo se van a comportar individuos juveniles de la especie cuando son plantados de forma similar a como se podrían dar de forma natural.
Se sabe que las dos especies de nenúfar presentes en España están adaptadas a que sus semillas se hundan hasta el sedimento, que pasen el invierno de forma latente, esperando mejores condiciones, y que cuando avanza la primavera (más sol y calor) germinen.
Lo que se quiere comprobar es cómo se comportan desde que nacen como plántulas hasta que emergen en superficie.
Los trabajos se desarrollaron sin mayores problemas. El personal de los SS.TT. de Medio Ambiente se encargó de preparar los plantones y nosotros de plantarlos bajo el agua.
La preparación incluye la documentación de los ejemplares, sin documentación previa no habrá posibilidad de extraer conclusiones en un futuro.
La preparación de los plantones en los capazos también era muy importante. Si se colocaban mal, se enredarían al sacarlos bajo el agua. Además, tienden a flotar y la visibilidad es nula en cuanto plantas el primero. De eso se encargó Pilar, que también se encargo de llevarlos desde la orilla.
Las operaciones de plantación se realizaron bajo un plan claramente definido. Los plantones fueron insertados en función de un hábitat concreto que incluía un control exahustivo de la profundidad de plantación. Para ello, Pilar fue controlándola en todo momento y comunicándosela a Iván, que hacía de puente con Enrique y Ángel.
Ellos tomaban las decisiones finales y documentaban el proceso. La documentación gráfica se llevó a cabo por Iván desde tierra, Pilar desde lámina de agua y Dani bajo el agua.
Ahora toca esperar a ver cómo se comportan, cuánto tiempo tardan en aparecer en superficie y cuántos lo hacen.
Dentro de uno o dos meses nos acercaremos a plantar algunos más, cuando el embalse tenga menos agua. Si todo va bien, con esta campaña de 2024 esperamos finalizar los trabajos de repoblación en Molino de Chincha y en Uña que comenzamos en 2017. Hemos conseguido reproducir individuos de forma forestal tanto de forma vegetativa como sexual.
Ahora toca volver a empezar con la búsqueda de nuevos lugares de implantación y con los procesos de recolección de semillas. La prudencia debida de estas actuaciones impone que los lugares de plantación sean humedales naturales antropizados o artificiales naturalizados, que no tengan ya especies vegetales en el estrato que ocuparía el nenúfar.
Es un gusto poder desarrollar nuestra labor de voluntariado con personas como las que nos han acompañado estos días, tanto los técnicos de Cuenca, Enrique e Iván, como los agentes de Puente Vadillos y Uña, Ángel y Miguel. Ángel hasta nos invitó a un refresco después de trabajar.
Por cierto, Miguel, disculpa, el otro día nos despistamos y no nos hicimos la foto de familia. Te la debemos…
Os seguiremos informando.
Atentamente,
Gemosclera. Asociación para la Difusión del Conocimiento de los Humedales y su Conservación
Declarada de utilidad pública por el Ministerio del Interior