Este fin de semana hemos vuelto al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera para continuar con los trabajos de muestreo de vegetación para la Universidad de Valencia.

En esta ocasión teníamos por objetivo tomar muestras de las lagunas Rey, Lengua, Redondilla, San Pedro, Tinaja y Conceja. Las condiciones que esperábamos no eran las ideales ya que seguíamos con la ola de calor. Este hecho, aparte de complicar las actividades en el campo y empeorar la visibilidad bajo el agua, iba a incrementar los visitantes que usan este espacio para bañarse.
Como en ocasiones anteriores, la actividad comenzó el vienes después de salir de trabajar, con el desplazamiento de los participantes desde Córdoba y Madrid hasta el espacio.
Nada más llegar, organizamos las inmersiones en función de las que tenía asignadas cada uno de los grupos. Preparando el equipo sin dilación ya que la inmersiones planificadas para el viernes eran largas y de las más profundas que se pueden hacer en el Parque. Alcanzando una de ellas los 21 metros reales, 22,5 aparentes desde el punto de vista del buceo.


Las inmersiones se desarrollaron sin contratiempos ni sorpresas durante todo el fin de senama. Destacando que la Laguna San Pedro presentaba un estado ecológico muy malo, mientras que las Lagunas Lengua y Conceja presentaron un estado mucho mejor de lo esperado. En el punto medio, las Lagunas Redondilla y Tinaja, que presentaron un estado bueno.

La Laguna San Pedro presenta un estado deplorable a partir del Hotel Albamanjón. Es una pena que esta laguna está echada a perder. Los vertidos procedentes del arroyo Alarconcillo, las terrazas destrozadas por las edificaciones particulares, y las chuponas de las casas particulares que explotan el agua de forma ilegal son el resultado de una explotación vergonzosa que, evidentemente, se aprecia bajo el agua. Obtuvimos muestras muy escasas ya que casi ninguna parcelas de muestreo contenía vegetación alguna. Y las que tenían, era muy escasa y bioindicadora de mala calidad del agua. Evidencias de su mal estado de conservación.
Esta explotación insostenible se aprecia también en los márgenes de casi todas las lagunas del Parque. Cada vez se ven más especies exóticas invasoras y más especies bioindicadoras de contaminación química. Plantas exóticas como la caña (Arundo donax) y el ailanto (Ailantus altissima), o espadaña (Thypha sp.), que indica un exceso de nutrientes de origen humano, van ocupando sus márgenes y dan una idea de la evolución negativa que tiene este espacio protegido.

La Laguna Lengua presentaba un fenómeno blanco muy acusado en la capa superior, generando una mala visibilidad. La vegetación que dominaba los primeros metros era escasa y estaba dominada por el bayunco (Schoenoplectus littoralis), la Nitella hyalina y los ranúnculos (Ranunculus sp.). De esta manera, el fenómeno blanco del agua debido al calor y la escasa vegetación que hay en sus primeros metros, daban a entender que esta laguna no estaría bien en su fondo.

Sin embargo, a partir de los 7 metros, profundidad a la que estratifica, cambiaba completamente. Encontrando masas de carofíceas de hasta 2 metros de altura y una buena visibilidad.

La masa que presenta esta laguna actualmente es una de las mejores que hemos observado hasta el momento ya que alcanza casi los dos metros de alto y es muy densa.

Esta situación nos aportó copiosas muestras que hubieron de ser transportadas por el agua. Esto generó peligro para los buceadores ya que este peso externo complica mucho la gestión de su flotabilidad.


Las lagunas del Rey, Redondilla y Tinaja presentaban un estado similar al que ya tenían en años anteriores, con sus masas profundas altas, compactas y con buen vigor vegetativo. La vegetación alcanzó en la Laguna de Rey los 16 metros de profundidad, en la Redondilla los 8, y en la Tinaja, 13 metros.
Etiquetado de las muestras
Las muestras se almacenan bajo el agua en bolsas de plástico blanco que flotan. Por si se perdieran, se facilitase su localización. Incluyen un etiquetado exterior que indica la laguna y el transecto correspondiente, el número de muestra en el transecto.


Además, para evitar errores por si se borra la rotulación, se usan abrazaderas marcadas con el número del transecto y se almacenan bajo el agua unidas por un mosquetón de escalada que agrupa el transecto. De esta manera, es muy difícil perder una muestra, equivocarse si se borra, o cambiarla de transecto.
Según salen del agua, las muestras se colocan y se documentan. Almacenándolas a lo largo del día, hasta finalizar la jornada.

En estos momentos ya se aparecia la distribución de la biomasa en la laguna. En la fotografía anterior se puede observar que las bolsas de los extremos (menor profundidad) de ambos márgenes contienen menor biomasa que las de más profundidad (medio).
Finalmente se llevan todas juntas al Hotel Matías, que está colaborando desinterasadamente con el proyecto. Antes de almacenarlas en las cámaras, se les extrae el agua en la medida de lo posible y se vuelven a triar.

A pesar de que ya se han agrupado en el punto de salida de la inmersión, vuelven a ser comprobadas y documentadas antes de ser almacenadas en la cámara. Por si se ha perdido alguna o se ha descolocado.

Durante el proceso de triado final, se puede observar tanto las diferencias entre lagunas, como la disposición de la biomasa en cada laguna. Obsérvese en la siguiente fotografía como las dos muestras de un transecto de la laguna San Pedro (izquierda) son raquíticas, mientras que las de uno de laguna Redondilla (derecha) son mucho mayores.


Una vez que se acaban las actividades, los compañeros de la Universidad de Valencia se acercan a por ellas entre semana para tratarlas en los laboratorios de la universidad.
Gestión de datos asociados a las muestras
Otro aspecto que tampoco solemos contar es porqué usamos un GPS para documentar los trayectos. Su uso permite documentar las coordenadas en las que se toman las muestras. Además, en un futuro permitirá repetir el estudio y evaluar la evolución de los transectos que se están muestreando y documentando.

También se usan los registros de los ordenadores de buceo. Estos archivos permiten validar la profundidad a la que se recogieron las muestras, almacenar la temperatura del agua en ese momento y dejar evidencias fidedignas de todo el proceso.

Trabajos fuera del agua
El trabajo no se termina con las inmersiones. Entre otras actividades, es necesario cargar las botellas antes de descansar para poder bucear el día siguiente. Éramos cuatro buceadores trabajando en el agua y el número de botellas usadas diariamente era considerable. La carga de 8 botellas requería que nos desplazarámos a lugares poco frecuentados por seguridad y que no impactaran mucho. El tiempo de carga es aproximadamente de media hora por botella, lo que nos produjo hasta 3 horas de carga diaria.

Además, es fundamental controlar las cargas para seguridad de las personas que respiran el aire. En nuestro caso, mantenemos un libro de cargas que registra cada carga desde el punto de vista del as botellas y del compresor.

Con esta actividad ya hemos cerrado los trabajos en las Lagunas del Rey, Colgada, Batana, Santos Morcillo, Salvadora, Redondilla, Lengua y Tinaja. Si no hay contratiempo, la próxima vez que vayamos a Rudiera será para terminar con los trabajos cerrando las lagunas San Pedro, Tomilla y Conceja.

En próximos días os contaremos la jornada de control de fondos que tenemos en este espacio protegido. A pesar de lo mal que van los fondos lagunares del Parque, tenemos buenas noticias de un laguna…
Atentamente,
Gemosclera. ASociación para la Difusión del Conocimiento de los Humedales y su Conservación.
Declarada de utilidad pública