Este fin de semana hemos continuado con los muestreos de vegetación subacuática, para la Universidad de Valencia, en el Parque Natural de las lagunas de Ruidera. En esta ocasión el objetivo era trabajar en las lagunas Batana, Santos Morcillo y Salvadora.
Sabíamos que la afluencia de visitantes en estas lagunas es muy importante en esta época del año, y más con las previsiones que teníamos de mucho calor. Pero había que hacerlo para seguir avanzando con el proyecto.
Los trabajos comenzaron el viernes a las 17:30 en la Laguna Salvadora. Nos sorprendió la cantidad de personas que estaban pasando el día en el Parque. Por lo que aparcamos en un lugar lo más tranquilo posible y nos empezamos a preparar.
Antes de entrar, nos acercamos al agua para revisar los transectos e identificar los vértices que los delimitaban. Cuando estábamos en la orilla apareció con un montón de chavales sobre una barca uno de los guías locales, José Luis Mora, con el que apenas pudimos charlar, a ver si la próxima vez tenemos tiempo, siempre que nos encontramos pasamos un rato agradable. A pesar de ser un encuentro breve nos indicó la localización de algunas de las especies vegetales que él conoce en esta laguna.
Hacía mucho calor, más de 35 ºC. La preparación del material de georreferenciación y de muestreo (parcelas, bolsas, abrazaderas, sierra, etc.) fue pesada. Especialmente el etiquetado de las bolsas. Pero peor fue ponernos los trajes con la piel sudada. Fue un tormento.
En esta laguna había que muestrear tres transectos relativamente largos y movernos entre ellos por superficie. A pesar de que el agua estaba a una temperatura agradable, 20ºC, pasamos fresquito. Tres horas de agua dan para que el cuerpo se enfríe.
Como no teníamos ninguna embarcación de apoyo en superficie que nos ayudara, tuvimos que desplazar las muestras con nosotros. Cada transecto generó un mínimo de 4 muestras (bolsas), por lo que tuvimos que desplazar unas 5 bolsas. Esta situación complicó mucho los desplazamientos y generó un riesgo alto de aboyamiento.
También complicó la tarea de tomar las muestras sin equivocarse. Por ello habíamos decidido no solo mejorar el sistema de etiquetado de las bolsas, también marcar las abrazaderas con el fin de que no se produjeran errores.
Finalmente, terminamos los trabajos en el agua a las 21:30. Sacando del agua 15 bolsas.
12 de las cuales correspondían a las estaciones de muestreo de los transectos y otras dos con muestras de vegetación no encontrada en los transectos. Con el fin de que los científicos de la Universidad de Valencia puedan identificar la especie de la que se trata.
Después de rellenar los formularios correspondientes in situ y recoger el material, nos fuimos a cenar al Hotel Matías, que está colaborando desinteresadamente con este proyecto al custodiar las muestras en sus cámaras frías.
Al día siguiente, tras pasar la noche y desayunar en el Hotel Matías, nos fuimos para la laguna Santos Morcillo. Teníamos que hacer dos transectos con mucha distancia de desplazamiento en superficie entre ellos. Esperábamos muchísimos visitantes y queríamos trabajar lo más tranquilos posible.
Tras comprobar los transectos y sus vértices, preparamos el material de georreferención. En esta ocasión, al no contar con ayuda, tuvimos que duplicar los receptores para asegurarnos de que no fallarían.
Una vez en el agua y siguiendo el primer transecto, tocaba tomar la primera muestra. Pero lo primero que había que hacer era grabar los trabajos como evidencia. La grabación es una labor tan importante como la propia toma de muestras, pues supone colocar bien el GPS, documentar la parcela mediante lengua de signos y grabar la operación.
Una vez finalizado el primer transecto, nos tocó desplazarnos por superficie más de 400 metros. Comenzando el segundo transecto desde la surgencia conocida como «Valebruno». En este caso, lo primero que pudimos observar fue una masa importante de Nytella hyalina. Este alga superior, perteneciente a la familia de las carofíceas, mantiene poblaciones muy buenas en este parque natural.
Después de finalizar el segundo transecto, salimos del agua cerca de las 13:00 horas con la laguna repleta de gente y 9 bolsas de muestras, 8 de ellas procedentes de los transectos.
Tras documentar las muestras y guardarlas, nos vovlimos a preparar para muestrear en la laguna Batana. En esta laguna teníamos que desarrollar otros dos transectos más.
Esta laguna es la que mayor «fenómeno blanco» presentaba. Este efecto se produce al calentarse los carbonatos disueltos en el agua. Se vuelven insolubles y convierten el agua azul turquesa en agua blanquecina y con poca visibilidad. Este fenómeno es natural y recurrente en épocas estivales en aguas carbonatadas, como las de este parque.
Tras tomar las muestras, salimos del agua con 7 inmersiones a más de 12 metros en menos de 24 horas. Quien sabe lo que es bucear entrando en curva NDL, sabe el esfuerzo que habíamos realizado.
Con todo el material recogido, nos fuimos hacia el Hotel Matías para entregar a nuestros compañeros de la Universidad de Valencia todas las muestras tomadas el fin de semana. Serán ellos los que las procesen en sus instalaciones.
Pero los trabajos no habían terminado ahí. Antes de volver a Madrid, tuvimos que hacer una pequeña inmersión para tomar muestras de sedimento en la Laguna Cueva Morenilla.
Por último, nos tocó conducir a Madrid para volver a casa.
No queremos cerrar esta crónica sin agradecer a todas aquellas personas o entidades que nos ayudan en estas actividades, especialmente al técnico José Luis Zafra y al Hotel Matías.
En breve volveremos para muestrear en las lagunas Lengua, Redondilla, San Pedro y Tinaja. Os lo contaremos.
Gemosclera.
Asociación para la Difusión del Conocimiento de los Humedales y su Conservación.
Declarada de utilidad pública