El fin de semana pasado estuvimos muestreando náyades en la laguna Tomilla (Ossa de Montiel, Ciudad Real), perteneciente al Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera.
Este año hemos comenzado un proyecto para contribuir al conocimiento de las náyades que contiene este espectacular espacio protegido, enmarcado dentro del acuerdo de colaboración que mantenemos con la Junta de Castilla – La Mancha.
Hace más de 20 años que colaboramos con el CSIC en la elaboración del Atlas de Moluscos de Castilla – La Mancha que realizó el Museo Nacional de Ciencias Naturales, entre otros muchos espacios de esta comunidad autónoma, tuvo muestreos en el Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera.
Han pasado muchos años y nosotros hemos seguido participando en diversos estudios que se han ido haciendo tanto en Ruidera (estudios de vegetación, inventarios de surgencias, muestreos de estromatolitos, etc.) como otros con náyades (Sanabria, Bañolas, Francia, etc.). Pero no habíamos vuelto a participar en proyectos relacionados con náyades en Ruidera hasta diciembre de 2023, año en el que ayudamos a conocer el estado de la náyade túmida (Unio tumidiforis), especie endémica de la cuenca del Guadiana y de unos pocos ríos del margen derecho del Guadalquivir.
Tras estas colaboraciones, ahora nos planteamos contribuir al conocimiento del estado actual de las náyades de Ruidera, generando un proyecto que aportará información de las presencia de las especies presentes en las lagunas y de si está produciendo reclutamiento. Hecho fundamental para saber si las poblaciones son viables ya que este grupo animal ha dejado de reclutar individuos en muchas de la poblaciones españolas.
La jornada comenzó tempranito, con la preparación del material con cuidado, para no perder nada ni impactar en el medio.
Entramos por el punto convenido con la intención de realizar dos muestreos y sendas inmersiones que se planteaban largas. En principio, no deberíamos pasar mucho frío y así fue. El agua está todavía a 22ºC en superficie.
Lo primero que nos encontramos fue una población muy buena de Utricularia australis recién florecida. Ya habían perdido las flores, pero no los pedúnculos florales.
Esta planta es muy singular, pues no vive sujeta al sustrato. Varia su flotabilidad desde el fondo hasta la superficie. Subiendo a la superficie únicamente para florecer.
Además, no es solo singular por su forma de vivir en el agua similar a un submarino. Es carnívora y sus hojas contienen lentíbulas, unas bolsas en las que capturan pequeños invertebrados. Las lentíbulas son moradas si no han capturado ningún animal. Pasando a ser azuladas cuando hay un animal en su interior, debido a la variación de ácidos que contienen para digerirlos.
También pudimos observar algunos ejemplares de Juncus articulatus, un junco acuático que mantienen sus mejores poblaciones en la laguna Conceja.
Para finalizar, también es capaz de pasar el invierno no solo en forma de semilla. En su extremo apical se genera un turión, que le permitirá crecer cuando las condiciones vuelvan a ser adecuadas.
El proceso de muestreo es sencillo, si lo tienes planificado previamente y si sabes encontrar e identificar las náyades bajo el agua. Se trata de realizar transectos previamente estudiados, en línea de nivel y a varias profundidades para detectar rangos de profundidad en las náyades.
El problema es que la disposición de las náyades varía en función de la época del año.
En septiembre suelen estar bastante sumergidas en el lecho de las lagunas. Lo que dificulta enormemente su localización. Hay que tener el ojo muy acostumbrado para detectarlas.
En este caso, teníamos constancia de que deberíamos encontrar individuos de Unio delphinus y Unio tumifidormis, la posibilidad de encontrar alguna Potomida littoralis y de forma más casual, de Anodonta cygnea.
Una vez detectadas, se extraen con cuidado, se miden y se documentan tomando diversos datos de exposición, disposición, hábitat, etc.
Se trata de especies que presentan formas muy diferentes en función del lugar en el que se encuentran, diferenciar entre especies bajo el agua implica un conocimiento importante de la especie en general y de su morfotipo local. En nuestro caso, ya os hemos contado que llevamos más de veinte años viéndolas en Ruidera.
Estas especies son relativamente longevas y lo más importante no es encontrar individuos de gran tamaño (viejos), sino encontrar individuos jóvenes que aseguren la viabilidad de la población.
Desgraciadamente, las poblaciones de unionoideos no están presentando reclutamiento en muchos lugares del mundo y la península ibérica no es una excepción. Por eso, haber podido encontrar reclutamiento de Unio delphinus y, especialmente, de Unio tumidiformis en esta laguna fue muy importante.
El proyecto va a durar varios años puesto que nos hemos puesto como objetivo muestrear todo el espacio protegido y tenemos que hacer más de 50 puntos de muestreo en todo el parque.
Nuestra ilusión es que esta información sea puesta a disposición del Organismo gestor, la población local y aquellos científicos que se fíen de la ciencia ciudadana.
Os seguiremos informando según vayamos avanzando.
Atentamente,
Gemosclera. Asociación para la Difusión del Conocimiento de los Humedales y su Conservación
Entidad declarada de utilidad pública por el Ministerio del Interior de España