Una jornada más buscando surgencias subacuáticas en Ruidera, ¡ya queda menos para cerrar este proyecto!

Este fin de semana hemos vuelto al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera para continuar con este proyecto. En esta ocasión tocaba muestrear los fondos de la laguna Batana, una de las que habitualmente disfrutan los buceadores deportivos en época primaveral y estival.

Vista de la laguna Batana con la barrera tobácea de la laguna Santos morcillo al fondo.
Aspecto de la laguna Batana en la jornada 20210206.

Las previsiones meteorológicas nos aseguraban una ventana de tiempo estable entre las 9:00 y las 12:00. A partir de esa hora había previsión de lluvias y vientos de más de 30 Km por hora. Teníamos que madrugar y eso hicimos. Salimos de Madrid a las 6:30 de la mañana con nuestro salvoconducto para llegar al Parque, donde llegamos a las 9:00 sin más problemas que lluvias intermitentes por la carretera.

Nada más llegar, nos acercamos a la laguna para planificar in situ la inmersión. Están a punto de finalizar las jornadas de campo de este proyecto y, con ello, las inmersiones. En esta ocasión nos tocaba muestrear en una laguna muy conocida, pero únicamente en su tercio meridional.

.

Pilar y Víctor comprobando en un mapa batimétrico los puntos de interés.
Comprobando los puntos donde entendíamos que podría haber surgencias.

Tras adaptar el plan inicial, nos pusimos a cambiarnos rápidamente. Se había puesto a lloviznar y había algo de viento. A pesar de que era del sur, se hacía incómodo.

Miembros de Gemosclera preparando su material sobre una lona de rafia y con un cambiador portátil al fondo.
El uso de lona y cambiador reduce impactos y aumenta la seguridad, evitando roturas o pérdida de material.

Una vez preparados nos fuimos para el agua, entrando por el acceso clásico que tiene esta laguna. Nada más entrar, observamos el agua densa y pesada. Esto aseguraba un agua fría y, efectivamente, así fue, ya que estuvo todo el tiempo por debajo de los 10 ºC.

Víctor y Pilar entrando al agua entre los árboles.
Entrando en la Laguna Batana.

Esta laguna, especialmente esta zona, es conocida por los árboles semisumergidos que contiene. Esto es debido a la reducción de cota que se produjo durante su explotación hidroeléctrica.

Un árbol sumergido cubierto de perifiton (capa vegeta de algas y bacterias).
Los famosos chopos sumergidos en los que los buzos deportivos ven lucios y cangrejos en verano.

Nada más entrar montamos la formación de muestreo con los buceadores en paralelo, encargándose cada uno de buscar en su rango visual. La visibilidad fue algo peor que en la anterior jornada en la laguna Salvadora, pero fue suficientemente buena.

Dos buceadores desplazándose en paralelo por los fondos de la laguna.
Muestreando en línea de nivel con los buzos en paralelo.

Nada más entrar observamos un ejemplar de lucio. Esta especie exótica invasora introducida con fines deportivos está en la pirámide de la red trófica, afectando gravemente a las especies autóctonas. En esta época del año es una de las pocas que se pueden observar, junto con las carpas. Especie que también pudimos observar durante la jornada.

Un lucio nadando sobre las carofíceas.
Ejemplar de lucio de medio tamaño.

Otras de las cosas negativas que pudimos observar fue la entrada de aguas contaminadas con nutrientes. Su efecto es muy claro, muerte de la vegetación con presencia de cianobacterias y una capa de sulfhídrico cubriéndolas.

Banda vertical sin vegetación y con los bordes que la rodean llenos de algas filamentosas y cianobacterias moradas.
Aspecto de una entrada de aguas con nutrientes excesivos en el margen derecho de la laguna.

Nada más llegar a la barrera tobácea de esta laguna, que la separa de la laguna Colgada, pudimos observar los destrozos producidos por las infraestructuras (molinos, batanes, central de hidroeléctrica de Santa Elena) que el hombre ha ido instalando en esta barrera.

Perforación cilíndricas horizontal en la barrera.
Perforación en la barrera tobácea.

En el margen izquierdo de la barrera se puede observar el muro instalado para tapar el aliviadero que dio lugar a la bajada de aguas que permitió a los chopos colonizar el margen derecho de la laguna. Una vez tapado con este muro de más de tres metros de altura, los chopos murieron y dieron lugar a los paisajes que tanto gustan a los buceadores deportivos, actualmente.

Cuña de gran tamaño taponando la hendidura hecha en siglos anteriores.
Base del muro instalado para volver a elevar las aguas de la laguna Batana.

El margen izquierdo, a pesar de tener buenas características para contener surgencias, especialmente un par de zonas, no las contiene. O, por lo menos, no son evidentes.

Dos buzos de Gemosclera buscando surgencias bajo el agua.
Buscando surgencias en el margen derecho de la laguna.

Una de las surgencias que se pueden observar en esta laguna se encuentra en la base distal occidental de la barrera. Su caudal, muy probablemente procedente de la laguna superior, la Santos Morcillo, es evidente e importante.

Un buzo grabando con una cámara de vídeo la surgencia.
Documentando con una cámara de vídeo la surgencia.

Después de documentarla, recorrimos la barrera por toda su base, observando más puntos de entrada de aguas. En este caso es todavía más probable que se trate de filtraciones procedentes de la laguna Santos Morcillo.

Base de la barrera en la que se aprecia que entra agua al faltar las carofíceas. Esta vegetación no soporta la corriente.
Paisaje en la base de la barrera tobácea de la laguna Santos morcillo, vista en la laguna Batana.

Una vez terminada la inmersión, tacaba probar una nueva herramienta que hemos estado diseñando para el proyecto de los nenúfares en Cuenca. En estos momentos estamos probando un prototipo de pala que nos permita excavar sin tocar el fondo, a la vez que nos permita fijarnos al sustrato y desplazar las plantas a la vez. Esta operación es muy complicada y los lectores que sean buceadores saben de lo que estamos hablando.

Víctor clavando las palas y cargando sedimento sin tocar el fondo.
Pruebas de los prototipos bajo el agua.

Una vez terminadas todas las actividades planificadas, recogimos el material y comimos rápidamente. Las previsiones meteorológicas se estaban cumpliendo y el viento y el frío hicieron su aparición. Una vez en Madrid, nos hicimos un café para despedirnos con nuestra flamante cafetera de viaje.

Víctor preparando un café con la cafetera de choche que nos hemos comprado.

En próximas semanas cambiaremos de escenario, provincia y espacio protegido. En principio, si la pandemia no lo impide, tenemos que volver a la Laguna Grande de El Tobar (Beteta, Cuenca) para continuar trabajando con los nenúfares. Hay que aprovechar que ahora no tienen hojas. Así les evitamos daños innecesarios.

Víctor, Javi y Pilar posando para la foto.
Una última foto antes de volver a nuestras casas.

Gemosclera.
Asociación para la Difusión del Conocimiento de los Humedales y su Conservación