¡Por fin podemos volver a las Lagunas de El Tobar y retomar nuestros proyectos allí!

El sábado, 10 de octubre, aprovechando el buen tiempo, nos acercamos a las Lagunas de el Tobar para realizar diversas actividades que teníamos retrasadas por la crisis sanitaria.

Vista de la Laguna Grande de El Tobar desde el canal.
Laguna Grande de El Tobar

Desde hace varios años desarrollamos varios proyectos en este espacio protegido y debíamos recuperar, en la medida de lo posible, el tiempo perdido.

Llegamos temprano para aprovechar la jornada y comenzamos las actividades tras organizarnos y preparar el material necesario.

Vista general de la laguna a las 9:15, el sábado 10 de octubre de 2020.

La primera actividad que desarrollamos está relacionada con el proyecto de control del estado ecológico de diversos humedales que realizamos periódicamente. En este caso consistió en la evaluación de una de las dos estaciones de control de calidad de fondos que seguimos en la Laguna Grande. Este procedimiento es habitualmente sencillo, ya que consiste en la evaluación de un transecto en línea de máxima pendiente, anotando algunos datos relacionados con la vegetación macrófita. Especialmente importante son el vigor y la profundidad que alcanza la masa de vegetación macrófita. Si varia positivamente, el humedal evoluciona positivamente. Por el contrario, si decrece la profundidad que alcanza la vegetación superior, el estado químico o la visibilidad son peores. Por lo que los demás factores ecológicos se verán afectados negativamente.

Vista izquierda de la parcela en la que se observa la mira en su punto central, la parcela y el transecto (cordino) que baja desde la superficie.
Vista lateral izquierda del punto de control en la estación de control evaluada.
Detalle con la mira en el centro de la estación y un profundímetro indicando 4,7 metros.
Detalle de la profundidad que alcanza la vegetación en la estación evaluada.

La segunda actividad estuvo relacionada con el proyecto que desarrollamos junto con los Servicios Territoriales de Medio Ambiente en Cuenca para contribuir a la protección del nenúfar blanco. El nenúfar blanco se encuentra en riesgo en la comunidad de Castilla – La Mancha, ya que únicamente se puede observar en dos localizaciones. Las Lagunas de El Tobar son uno de ellos y llevamos cuatro años trabajando con los gestores de esta provincia contribuyendo al conocimiento de esta especie.

En esta ocasión se trataba de comprobar si las masas de nenúfar tienen la capacidad de reproducirse vegetativamente en la laguna mediante una estrategia de guerrilla. Es decir, enviando propágulos (partes de planta) viables a otra zona de la laguna para obtener nuevas masas. Las masas de esta laguna producen propágulos que podrían ser viables. Hace un año se plantaron varios y ahora hemos podido comprobar que las masas actuales sí que tienen esa capacidad. Por ello, los propágulos podrían ser usados para ampliar la superficie en otros espacios sin afectar en ninguna medida a las masas actuales. Hecho muy importante.

Dos propágulos semienterrados con las hojas visibles.
Detalle del momento de la plantación de dos propágulos en 2019.
Rizoma de nenúfar con hojas vivas, cubierto por pterifiton y milhojas.
Detalle del propágulo superior en la actualidad.
Detalle del mismo propágulo, enraizado y con hojas.

Las lagunas de El Tobar, en Beteta (Cuenca), aparte de presentar un paisaje espectacular, contienen valores muy singulares en sus aguas. Desgraciadamente, el uso lúdico que sufren al contener un punto de baño, hacen que contengan bastante basura. Especialmente, en los fondos que hay en esa zona. Este hecho es el antecedente que provoca la tercera actividad que llevamos a cabo el sábado. Desde hace varios años, llevamos a cabo un proyecto de limpieza de los fondos de este espacio protegido.

La extracción de desechos de los fondos en una laguna que contiene especies protegidas, implica su extracción de forma selectiva. Evitando dañar a las especies que viven en sus fondos, tanto en el momento de la extracción, como en su traslado.

Pilar extrayendo una lata con cuidado para no afectar a la vegetación que la cubre.
Extracción selectiva de un envase metálico detectado entre las eneas de la torca.
Pilar desplazando bajo el agua una de las redes con los desechos extraídos
Transportando los desechos bajo el agua, con cuidado para no impactar.

Otro problema que tenemos en esta laguna es que contiene restos patrimoniales bajo sus aguas. Por lo que también está protegida desde este punto de ámbito. Restringiendo la extracción de desechos a un análisis previo bajo el agua. Es decir, que todos los elementos detectados deben ser evaluados por un experto antes de ser extraídos.

Pilar de madera muy grande (30 cm de grosor) con una mira indicándolo.
Detalle de un pilar no extraído de los fondos de la laguna
Un retel formado por un aro metálico on con una red en el medio.
Retel para pescar cangrejos abandonado en los fondos de la laguna, que no fue extraído.

Por ello, nuestros historiadores identifican y extraen poco a poco los restos, evitando extraer restos con valor patrimonial y etnográfico. Esta actividad se desarrolló en una segunda inmersión. Tras la misma, se realizó un estudio de los desechos para su documentación y estudio. Con la información obtenida, se podrá tener un visión más detallada de los usos que tiene este espacio.

Zapatillas cangrejeras, materiales de construcción (ladrillos y tejas), envases de vidrio, etc.
Detalle de algunos de los desechos extraídos en la segunda inmersión.
Pilar observando unas gafas de buceo y apuntándolo en la hoja de control de los desechos.
Triando y evaluando el origen de los desechos extraídos.

Cuando salimos del agua tuvimos una grata sorpresa, ya que volvimos a coincidir con Fátima, agente medioambiental que ya nos ayudó hace tiempo en el proyecto del nenúfar, pudiendo compartir con ella un buen rato, seguro que volvemos a coincidir.

Si podemos, volveremos a estas lagunas en breve ya que debemos realizar varias actividades más antes de entrar en el período invernal, que es duro en esta comarca. La continentalidad del clima y las temperaturas a la que bajan las aguas de estas lagunas limitan mucho las actividades subacuáticas en este espacio.

Atentamente,
Gemosclera